Actualmente, si firmamos un contrato con una compañía de telecomunicaciones, tendremos catorce días para ejercer nuestro derecho de desistimiento. Durante este plazo podremos anular el contrato sin dar ningún motivo.
Sin embargo, existen ciertas excepciones a este caso, una de las cuales es clave en el mercado de las telecomunicaciones: una vez que el contrato ha empezado a ejecutarse, perdemos el derecho a desistirlo. Ésto es algo que aparece en las condiciones generales de todos los contratos de telecomunicaciones.
El problema es saber cuándo empieza dicha ejecución. Cuando se firma un contrato combinado (alguna combinación de fijo, móvil, internet y TV), se puede entender que el contrato ya ha comenzado en el momento en que algún servicio ya está operativo.